Las experiencias en un viaje son un factor clave para entender el país que visitamos.
La riqueza cultural e histórica de Japón lo convierte en un lugar ideal para probar nuevas experiencias y conocer mejor el país.
Hay multitud de actividades para escoger, como la ceremonia del té, el ikebana (arte de arreglo floral) o el bonsai, la caligrafía o clases de cocina, pero recomendamos profundizar más en la cultura japonesa con otras experiencias.
SHINTOÍSMO
Muchos visitantes a Japón desconocen que la religión mayoritaria es el shintoismo. A pesar que el budismo está muy arraigado y a menudo la población abraza las dos costumbres, el caso es que el shintoísmo es una religión única nacida en Japón y sólo existente allí.
Los santuarios shintoístas son fácilmente reconocibles por sus puertas “toriii” de color rojizo.
Aunque el shintoísmo no tiene una doctrina escrita, los festivales y ceremonias beben de esta religión basada en la devoción a dioses de la naturaleza y en la purificación.
Hay más de 80,000 santuarios en todo Japón y acostumbran a llenarse para Año Nuevo, el nacimiento de un niño o durante la celebración del shichigosan.


SUMO
El Sumo es el deporte nacional de Japón. Se trata de una pelea con dos luchadores sobre un ring. Originariamente, el sumo se usaba para medir la fuerza de los luchadores o como duelo, aunque hoy en día se trata de un deporte profesional.
La Asociación Japonesa de Sumo organiza 6 torneos anuales: en Tokyo (enero, mayo y septiembre); en Osaka (marzo); en Nagoya (julio) y en Fukuoka (noviembre).
La competición sigue unos rituales muy marcados, tales como la ceremonia de entrada al ring o el rito de arrojar sal sobre el ring.
Hay una gran variedad de técnicas de lucha de sumo y los torneos son apasionantes.
GASTRONOMÍA LOCAL
Japón posee una riqueza gastronómica impresionante. Parte de su cocina ha llegado a nuestras culturas pero hay mucho más por descubrir.
El paisaje y clima de Japón abarca un abanico muy amplio, desde las playas subtropicales de Okinawa hasta la abundante nieve en Hokkaido. Esto se traduce en una riqueza muy variada de ingredientes y productos.
Es especialmente famoso el marisco de Hokkaido, siendo el cangrejo su máximo exponente. Familias de todo Japón encargan el cangrejo de Hokkaido para celebrar fin de año.
Tokyo también dispone de su propia cocina regional. El monja es un plato que consiste en una masa líquida de harina con muchos ingredientes que se calienta sobre una plancha. Los comensales comen directamente sobre ella con unas espátulas de metal.
En la región de Osaka es indispensable probar takoyaki, bolas de pulpo, preparadas con mucha gracia por vendedores ambulantes en planchas redondeadas para dar forma a las bolas.
Las ostras son una especialidad y delicia famosas en Hiroshima. La fritura de ostra es muy recomendable, por ser tierna y sabrosa.
En las calles de Fukuoka, en Kyushu, hay pequeños chiringuitos junto al río donde se puede probar platos muy auténticos, como fugu o pez globo frito. Cabe decir que los cocineros que preparan este pescado, tan sabroso y peligroso a la vez, requieren una licencia tras tres años de aprendizaje.
No hay que olvidar la cocina de temporada. La anguila es plato indispensable en verano para reponer fuerzas, mientras que el nabe es un cocido que se cocina sobre la mesa y sirve de alivio para el frío.
